CONFIRMAN QUE RESTOS SIMBÓLICOS DE FERNANDITO TÚPAC AMARU DESCANSAN EN MADRID

La Real Academia Europea de Doctores confirma investigaciones a través de su vicepresidente.

Aldo Olcese, presidente de la Fundación Independiente y de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora y académico de nú­mero y vicepresidente de la Real Academia Europea de Doctores (Raed), ha liderado la investiga­ción que permitirá, en los próxi­mos días, la repatriación a Perú de los restos simbólicos del últi­mo descendiente de la dinastía inca, Fernandito Túpac Amaru, tras conseguir la documenta­ción de su entierro de limosna el 30 de julio de 1798 en la Iglesia de San Sebastián de Madrid con el nombre españolizado de Fer­nando Tupamaro.

Luis Pantoja, alcalde de Cusco, viajó a Madrid y el pasado 23 de enero visitó junto a Olcese el templo donde fue inhumado el heredero de la dinastía preco­lombina, como explica un amplio reportaje publicado en el diario ‘La Razón’ y lo replicó el diario ‘El Tiempo de Cusco’. “Repatriar los restos de Fernandito es un acto de dignidad, de sanación de heridas y de hermanamiento. Se trata de un hecho histórico sin precedentes para Perú que supone un abrazo fraternal con España”, señaló el edil.

INVESTIGACIONES. Olcese explica con detalle sus investi­gaciones para dar con los restos de este personaje histórico, hijo menor del libertador de Améri­ca Túpac Amaru II y de Micaela Bastida, en el estudio ‘El final de una tragedia. Fernandito Túpac Amaru, último descendiente de la dinastía inca (1769-1798)’, pu­blicado en el número siete de la revista cultural ‘Hasta el tuétano’, correspondiente a los meses de junio y julio de 2021. El vicepresi­dente de la Raed respondió así a la petición de ayuda del abogado peruano Ricardo Noriega, defen­sor de las causas de los peruanos que falleció el año pasado, cono­cedor de la investigación de Olce­se. Por su labor, el académico ha merecido el reconocimiento del Instituto de Desarrollo Ético de América de Perú.

“Fernandito llega desterrado a España en 1784 después de un periplo tan terrible como ser hu­mano, como humillante para un hijo del Rey de los Incas. Todo co­mienza con la ejecución por de­capitación y descuartizamiento de su padre, Túpac Amaru II, en la plaza de Cusco el 18 de mayo de 1781. Así como el ajusticia­miento de su madre por garrote, y de su hermano mayor Hipólito por ahorcamiento en el mismo acto. Fernandito, de 12 años en­tonces, y su hermano Mariano, de 17, son obligados a contem­plar la escena dramática y se les respeta la vida por ser menores de edad, siendo enviados a pri­sión en Lima mientras se deci­de su deportación y destierro a España junto a otros familiares y amigos. Tras tres años prisio­neros en Lima en 1784 salen para España en un galeón de la Coro­na rumbo a Cádiz previo paso por Brasil”, narra el académico la trágica peripecia del persona­je en su infancia.

Mariano murió en la primera es­cala y Fernandito tuvo que ser rescatado del naufragio del ga­león en las costas de Portugal. Con 17 años fue escolarizado en el colegio de los padres escola­pios de Getafe y probó fortuna en Madrid como secretario de letras hasta morir sin recursos. Fuente: Raed.