Malhechores ingresaron a supermercado y se llevaron dinero y artefactos, no se sabe nada de ellos.
Cusco no deja de ser noticia nacional y mundial, pero por la ola delincuencial que sufre. La madrugada del último lunes, una reconocida tienda por departamento fue asaltada por una gavilla de delincuentes, que increíblemente habría sorteado todos los instrumentos de seguridad de la tienda para llevarse una fuerte suma de dinero y desvanecerse como si nada hubiera pasado.
EXTRAÑO. El hecho se habría registrado antes de las 06:00 horas en el interior del supermercado Plaza Vea, perteneciente al grupo Intercorp, en su local ubicado en el cruce de la avenida Garcilaso con la calle Huáscar, en este lugar, facinerosos que aún no serían identificados por la Policía, habrían atacado las cajas registradoras llevándose el dinero producto de las ventas del día, así como artefactos electrodomésticos entre laptops y otros enseres.
Lo ‘curioso’ es que el fuerte sistema de vídeovigilancia del lugar combinado con los botones de pánico, sistema de alarmas en las puertas y demás, no funcionaron de manera correcta, siendo así que los delincuentes ingresaron al supermercado como a su casa, se llevaron todo lo que pudieron y huyeron tranquilamente.
Fuentes oficiales confirmaron que no existe vídeos sobre el accionar de estos malhechores, ya que el sistema de vídeo cerrado fue ‘apagado’ y en última instancia hasta los discos donde se guarda esta información también fueron sustraídos.
Tras el hecho, hasta el lugar llegaron los agentes de la Comisaría de Cusco y posteriormente efectivos especializados de la División de Investigación de Crímenes, quienes recogieron evidencias y realizaron los peritajes de orden, no descartando la participación de personal que labora en dicho centro de venta de abastos.
VERSIONES. La versión que cobra más fuerza es que los delincuentes durmieron en el interior de un auto que estacionaron en inmediaciones del Plaza Vea, o que lo hicieron en el mismo local, para luego salir y asaltar a los vigilantes, quienes habrían sido maniatados y amenazados con armas de fuego, pero causa extrañeza que el ataque no haya sido repelido y que finalmente uno de los trabajadores pudo pulsar un botón de emergencia estando completamente amarrado.