En Condoroma está uno de los lugares más contaminados de la región.
Los desechos mineros son espacios donde antiguamente se realizaba explotación u otro tipo de actividad minera y que fueron abandonados por empresas o particulares, sin haber ejecutado ningún plan de cierre. Actualmente estas áreas abandonadas, son conocidas como pasivos ambientales y generan contaminación a las poblaciones del lugar.
RIESGO. Pese a la gran actividad minera, que data desde antes del imperio incaico, en Cusco hay apenas 240 desechos mineros registrados y que contaminan los ríos. Y en solo cuatro se ha señalado un responsable, según estadísticas del Ministerio de Energía y Minas (Minem). En el 92 % de los desechos mineros, el Estado no ha podido dar con los responsables, pues un vacío en la Ley de Pasivos Ambientales Mineros, que se promulgó en 2004, permitía que las mineras renuncien a su derecho minero si no deseaban invertir en el cierre de las minas.
Además, el Minem decidió eliminar de la lista a una veintena de pasivos, a pesar de que siguen contaminando en Cusco. A nivel nacional, entre 2021 y 2022 se excluyeron 783 pasivos ambientales mineros.
El distrito de Condoroma en la provincia cusqueña de Espinar, es uno de los lugares más perjudicados con la existencia de pasivos ambientales mineros. Hay 42 desechos mineros, entre los que destacan las bocaminas, desmontes, relaves, trincheras, chimeneas y construcciones. De estos, 16 se encuentran donde estaban ubicadas las operaciones de la mina de plata de Hochschild. El Minem no ha listado la gigantesca poza de relaves del lugar.
La ley también señala que el Minem tiene la responsabilidad de remediar los pasivos a través de la empresa estatal.